lunes, 26 de octubre de 2020

Scythe y el universo de 1920+

 


Bienvenidos a Europa del Este en unos años veinte muy distintos de aquellos felices y prósperos que nos describen los libros de historia. Scythe es un juego de mesa ambientado en un universo paralelo en el que la Primera Guerra Mundial ha sido mucho más brutal y devastadora que la real, debido al desarrollo de enormes Mechs de combate que han sido creados y suministrados a todos los paises beligerantes por una enigmática ciudad estado conocida como "La Fábrica".


Tras el fin de la Gran Guerra, la Fábrica ha cesado toda actividad y cerrado súbitamente sus puertas, atrayendo la atención de todos los paises vecinos, que quieren adentrarse en ella y descubrir sus secretos tecnológicos. Ahora, cinco facciones luchan por expandir su poder y sus territorios : Nórdicos, Sajonia, Polonia, Crimea y Rusoviéticos. Cada una de ellas está liderada por un carismático héroe, todos acompañados por un animal que le representa.

Scythe significa "guadaña", una herramienta que se emplea tanto para segar los cultivos como para luchar cuando no hay otras armas disponibles. Es un título que refleja con acierto la filosofía de este soprendente juego creado en 2016 por Jamie Stegmaier e inspirado por las sensacionales láminas del artista polaco Jakub Rozalski, auténtico creador de lo que ya se conoce como el universo de 1920+. Desde su lanzamiento a través de la plataforma de crowdfunding Kickstarter, ha estado de forma casi permanente en el top ten de la BGG, con una puntuación media de 8,2 y más de 54000 votos a fecha de hoy (siendo uno de los juegos mas votados de este portal)

Pero... ¿cuáles son las claves del éxito de este eurogame?

La primera de ellas es su excelente mecánica : en Scythe no vas a tirar ni un solo dado, ni tampoco vas a usar un motor tipo card driven (aunque sí se usan algunas cartas). En cada turno, los jugadores pueden realizar un "combo" de dos acciones predeterminadas en su tabla de jugador :  una accion de la parte superior (reforzar poder o pularidad, producir recursos, comprar recursos o mover unidades) y una acción de la parte inferior  (mejorar la productividad, desplegar Mechs, alistar reclutas o construir estructuras).

La clave es que todos los jugadores pueden realizar las mismas acciones, pero la manera en la que se combinan esas 4 acciones superiores con las 4 inferiores es distinta para cada jugador. De esta forma, tendremos a una facción que sólo podrá desplegar sus Mechs cuando realice una acción de mover, mientras que otra sólo podrá desplegarlos cuando realice la acción de producir recursos. Esto hace que tu forma de juego tenga que adaptarse en gran medida a esos combos y a los recursos disponibles en la zona en la que está tu cuartel general.


Todas las facciones de Scythe, con sus Mechs y sus héroes


 
Pero esto es sólo una parte de lo que puedes hacer. Porque cada jugador/facción tiene unas habilidades distintas, y conforme tu héroe va explorando el mapa vas teniendo "encuentros" con diferentes lugareños en los que puedes decidir cómo actuar (eligiendo entre tres opciones, que van de la más pacífica a la mas agresiva) y que te reportan diferentes beneficios. 

Tú decides cómo quieres que evolucione tu facción : produciendo más petroleo para conseguir más mejoras que el resto, produciendo más madera para desplegar más estructuras (que a su vez generan otros beneficios), explorando más territorio para tener más encuentros con poblados o alistando más reclutas antes que tu adversario, por citar solo unas pocas acciones.

Y, por supuesto, tendras que desplegar y enviar a  patrullar a tus Mechs, cada uno de ellos con capacidad tanto de combate como de transporte. Con cada Mech que construyas desbloquearás una habilidad distinta, lo que además le da un ligero toque rolero al juego que se agradece bastante.  Sin embargo, y tal y como señala el autor del juego, el combate en Scythe es relativamente infrecuente, no solo porque tienes que invertir un número importante de recursos (poder) en cada batalla, sino porque además la facción que inicia el ataque puede perder puntos de popularidad. Esto también me parece un punto realmente genial, porque añade una componente de "guerra fría" en la que las facciones van anexionando territorios pero sólo se enfrentan cuando es estrictamente necesario.

Hablando de popularidad, es importante reseñar que se trata del activo más valioso de todo el juego. El objetivo de las facciones no es destruir al enemigo, sino atraer a la mayor cantidad de seguidores para expandir su imperio al máximo. Cuantos más puntos de popularidad tengas al final del juego, mayor valor te reportarán los recursos, territorios y estructuras que hayas construido.

Esta excelente combinación de mecánica basada en acciones, habilidades específicas, eventos aleatorios y sistema de puntuación hace que el juego te dé una libertad de acciones muy grande, y al mismo tiempo genera un tira y afloja entre los rivales que me recuerda mucho al genial Twilight Struggle.

La segunda razón por la que este juego destaca es su exquisita ambientación. Normalmente los eurogames se caracterizan porque la mecánica de juego, al final, poco o nada tiene que ver con la temática a la que apunta. Sin embargo, en el caso de Scythe este desfase entre mecánica y trasfondo no es tan evidente, al menos bajo mi punto de vista. 

De hecho, el diseñador del juego tomó una decisión muy curiosa sobre las cartas de eventos : cada una de ellas es una lámina de Rozalski, pero no incluye ninguna descripción del evento, sólo las opciones que puedes tomar. De este modo te obliga a que interpretes la escena de la carta como prefieras, para que puedas apreciar en detalle el arte del autor.





El gran éxito del juego ha llevado a los diseñadores a crear hasta 3 expansiones : Invasores de Tierras Lejanas, que añade otras 2 facciones al juego (Albión y Togawa, con similitudes a los británicos y a los japoneses) Vientos de Cambio, que incorpora unidades aéreas  (¡barcos voladores!) y nuevas opciones de objetivos de finalización de partida, y, finalmente,  El Ascenso de Fenris, la única expansión que aporta una campaña al juego y que, además, añade una componente narrativa, ya que a medida que se van jugando las diferentes misiones de la campaña, se irá descubriendo qué ha ocurrido realmente con la Fábrica

Las posibilidades de este universo son muy muy amplias... y tanto es así que se ha lanzado un videojuego de estrategia en tiempo real basado en la historia de fondo, Iron Harvest, que está teniendo muy buenas críticas por parte de la prensa especializada.

Mi experiencia personal con el juego


Dados los tiempos de pandemia, confinamiento y toques de queda que vivimos este año 2020, he adquirido la sana costumbre de probar los juegos en formato digital siempre que estén disponibles, antes de lanzarme a comprar las copias en físico. Además, las versiones de Steam o de Android incluyen tutoriales que aplanan mucho la curva de aprendizaje. Y ésta no es la única ventaja, puesto que no sólo puedes jugar online, sino que puedes ir consultando tablas de estadísticas para ir revisando quién va más adelantado en qué parámetros y cuántos puntos tendrías si la partida acabese en ese momento (cosa que en la versión de tablero intuyo que es mucho más complicado, porque hay que tener en cuenta unas cuantas "variables" para la puntuación final.

Después de unas 10 partidas a la version disponible en Steam y otras tantas en el movil/tablet a la version de Android, puedo decir que este es un auténtico juegazo, muy adictivo y muy rejugable. He probado todas las facciones del juego base, y muy probablemente adquiriré la expansion de Invasores de Tierras Lejanas (única disponible en Steam por el momento). 


¿Ya te ha dado hype de Scythe? Aquí te dejo algunos enlaces y recursos por los que empezar :

  • Página de Jakub Rozalski en ArtStation
  • Trasfondo previo al arranque de la campaña "El Ascenso de Fenris" (la historia con la que arranca el juego base)
  • Wiki de Scythe y su universo, centrada sobre todo en la versión del viejuego Iron Harvest
  • Web del diseñador, Stonemaier Games, donde puedes encontrar todo lo relativo al juego, las expansiones y toda la documentacion y componentes deluxe.
  • Videotutorial en español, de la mano de La Mazmorra de Pacheco


viernes, 3 de enero de 2020

Dunkerque, de Christopher Nolan (I)


Me declaro abiertamente como un fan incondicional del cine de Christopher Nolan, a quien considero uno de los mejores directores de nuestro tiempo. Su trilogía de Batman (mejor dicho, "la triología", porque por mucho que me critiquen los puristas no hay otra saga sobre el Caballero Oscuro mejor que la suya) es la única que ha despertado mi interés por el cine de superhéroes. "Origen" e "Interestellar"me parecen dos auténticas obras maestras en sus respectivos géneros, y le convierten en el heredero natural de Stanley Kubrik.

Opino que la clave del éxito de este director inglés, nacido en 1970 en pleno Westminster londinés, radica en la capacidad de tomar cualquier tipo de historia y enfocarla desde otras perspectivas, aportado un exquisito énfasis en el detalle y la calidad. Sabe además rodearse de actores fetiche que le han acompañado por el camino de la fama en estas dos últimas décadas, como Tom Hardy, Cillian Murphy o Christian Bale. Otros sencillamente le han aportado el éxito que les precedía, como Michael Cane o Kenneth Brannagh.

No es de extrañar, por tanto, que como gran aficionado a la Segunda Guerra Mundial me entusiasmara sobremanera que Nolan dirigiera una pelicula sobre este conflicto, siendo además su primera película de género bélico (o más bien deberiamos acuñar aquí el término thriller bélico)

Como de costumbre, quedas avisado del alto contenido de spoilers de esta entrada, en la que vamos a hablar muy a fondo de la película y tambien de los hechos históricos en los que se basa.

¿En qué consistió el 'milagro' de Dunkerque?


Como ya adelantábamos en la entrada sobre la Batalla de Inglaterra, a mediados de 1940 la situación para los Aliados (por entonces, sólo Francia y Reino Unido) era realmente caótica. Se estaba librando la Batalla de Francia, y mientras los alemanes habían sorprendido al mundo el año anterior con la eficiencia de sus tácticas de Blitzkrieg o 'guerra relámpago' en Polonia, los ejércitos franceses y británicos seguían anclados en una forma de hacer la guerra que era más propia de la Primera Guerra Mundial. El alto mando francés pagó bien cara su confianza en la infranqueable Linea Maginot, que sencillamente fue flanqueada por los alemanes a través de las Ardenas (una opción que hasta entonces parecía bastante improbable). De esta forma las tropas de Hitler consiguieron realizar un agresivo movimiento de pinza entre las fuerzas que habian avanzado por Holanda y las que habian atravesado las Ardenas, creando una enorme bolsa de alrededor de medio millón de soldados británicos, franceses y belgas que se habian quedado completamente aislados.

La cuestión es que los mandos de la British Expeditionary Force, que no se habían entendido muy bien con sus homólogos franceses durante la batalla (la comunicación entre ambos brilló por su ausencia y fue una de las claves de su derrota) comenzaron a percatarse de la gravedad de la situación. Haciendo gala de la típica "flema" británica, iniciaron los planes para una retirada ordenada hacia la costa para su evacuación, y aquí es donde entra en escena la ciudad portuaria de Dunkerque.

viernes, 23 de febrero de 2018

El Despertar del Leviatán



Ya adelantaba en la entrada anterior sobre 'The Expanse' que esta space opera centrada en la colonización humana del Sistema Solar se había convertido en mi serie favorita de ciencia ficción por muchos motivos, entre los que se encuentran el realismo que veo en su planteamiento "científico" y el paralelismo entre los hechos que relata y algunos periodos históricos, como la era del Colonialismo o la Guerra Fría, entre otros.

Pues bien, he decidido ir más allá y sumergirme de lleno en este genial universo leyendo el primero de los libros de la prolífica saga de sus autores ( que ya han publicado 9 novelas desde 2011, más de una por año), cuyo título es 'El Despertar del Leviatán'. El leviatán es un referencia bíblica a un enorme monstruo marino de gran poder y que tradicionalmente representa el mal, con lo que el título ya nos da a entender que la Humanidad, ahora esparcida por el Sistema Solar, va a encontrarse con "algo" realmente peligroso en esta primera novela. Lo que sigue a continuación lleva obviamente un alto contenido de spoilers para los que no hayáis visto la serie o leído el libro, por lo que quedáis advertidos de antemano.

La novela cuenta con una carta de presentación inmejorable, ya que recibió en su momento el premio "Hugo", que se concede anualmente a la mejor novela de ciencia ficción desde 1953. Habiendo visto primero la versión televisiva, producida por el canal SyFy y reforzada por la poderosa Netflix tras su éxito inicial (una estrategia habitual en Netflix, que cuenta ya con la friolera de mas de 100 millones de suscriptores), puedo adelantar como conclusión principal que la serie y la novela se complementan bastante bien, y de hecho recomiendo abordar la saga en ese mismo orden : primero la serie, que aporta una referencia "visual" que considero imprescindible, y luego los libros, que ayudan a entender más a fondo varios aspectos, ahondando más incluso en explicaciones técnicas y en la descripción de los personajes.

No obstante, como en toda adaptación a la pequeña o a la gran pantalla, existen diferencias importantes frente a la versión escrita. Lo primero que me llama la atención de la novela es que la historia está contada desde el punto de vista de sólo dos de los protagonistas : el capitán  Holden y el detective Miller, totalmente al contrario  que en la serie, donde la narración va rotando entre muchos personajes de los diferentes escenarios en conflicto, como la diplomática de la Tierra Chrisjen Avasarala y otros altos cargos, que en el primer libro ni se mencionan (de hecho aparecerán en el segundo, 'La Guerra de Caliban').

domingo, 17 de diciembre de 2017

Nunca tantos debieron tanto a unos pocos : la Batalla de Inglaterra

“Never in the field of human conflict was so much owed by so many to so few” (“Nunca en el ámbito del conflicto humano tantos debieron tanto a tan pocos”)… Así resumía el carismático Primer Ministro Británico Winston Churchill la hazaña conseguida por los intrépidos pilotos de la Royal Air Force : detener la invasión nazi de Gran Bretaña en la mayor batalla aérea que se ha vivido hasta nuestros días, la Batalla de Inglaterra.





La Batalla de Inglaterra está considerada como la mayor campaña aérea de la Historia. No fue una única batalla en sí, sino una serie de incursiones o ataques masivos de la Luftwaffe sobre territorio inglés para destruir a su fuerza aérea, la RAF, con el objetivo de asegurar el paso de las tropas nazis a través del Canal de la Mancha.


Solos ante el Tercer Reich

En Julio de 1940, Alemania había conseguido virtualmente el control total del continente europeo, tras la rendición de Francia. El imparable avance de los nazis había obligado al alto mando británico a replegar y evacuar sus tropas de la British Expedionary Force (BEF) desde la playa de Dunkerque. Estas tropas habían desembarcado a finales de 1939 para lanzar una ataque conjunto y ayudar a Francia, en respuesta a la invasión de Polonia. Sin embargo, el implacable éxito de la campaña alemana en Bélgica y la maniobra de pinza magistralmente ejecutada por los generales nazis obligó a un repliegue muy acelerado de miles de tropas hacia dicha playa, dejando una cantidad inmensa de material bélico abandonado por el camino.

Esta evacuación o retirada, que a priori podría parecer una derrota, fue considerada como una victoria por los británicos, ya que habían conseguido salvar a cientos de miles de soldados experimentados que estaban totalmente acorralados en aquella playa.




La operación, conocida como Dinamo o “el milagro de Dunkerque”, no sólo pasó a la posteridad por su valor estratégico, sino por convertirse en un icono de la entereza ante la adversidad de los ingleses : aunque el grueso del rescate los realizaron los buques de la Royal Navy, lo más destacable de esta historia es que se sumaron más de 800 embarcaciones de propietarios particulares, que durante 7 días fueron usados por sus dueños o por reservistas que las”tomaron prestadas” sin previo aviso y se lanzaron al Canal de la Mancha para participar en aquél éxodo masivo de soldados.

En aquella semana, se salvaron más de 338.000 vidas de soldados ingleses, franceses y belgas, pese a las 5000 que cayeron en las playas de Dunkerque por los bombardeos nazis. Los historiadores siguen preguntándose, hoy por hoy, cómo es posible que Hitler cometiera el error de “perdonar” a los ingleses y no lanzara un ataque definitivo a gran escala contra aquellas tropas acorraladas, lo que le hubiera dado la victoria definitiva, aunque se manejan varias hipótesis. De todo ello hablaremos en la entrada sobre la magnífica película de Christopher Nolan "Dunkerque".



Sea como fuese, la situación era realmente desesperada para los ingleses, puesto que la Unión Soviética y Alemania habían firmado en agosto de 1939 el pacto de Ribbentrop-Molotov, por el que acordaron no atacarse mutuamente (y de paso repartirse el territorio de Polonia entre ambos). En estas circunstancias, Reino Unido pasaba a convertirse en la única potencia que continuaba luchando contra la Alemania nazi, y permanecería sola durante más de un año…

Así pues, Hitler y la Wehrmacht colocaron su punto de mira en las islas británicas. Pese a que el deseo y la esperanza de Hitler era que Gran Bretaña firmara la paz, la determinación de los anglosajones y, ante todo, la férrea postura del mítico primer ministro Winston Churchill de no rendirse, le llevaron a tomar la decisión de continuar la guerra contra los ingleses . Era el momento de centrar esfuerzos en la invasión y lanzar la Directiva número 16 : la Operación León Marino.


Winston Churchill

sábado, 23 de septiembre de 2017

The Expanse : Guerra Fría en el Sistema Solar


Ya hacía bastante tiempo que una serie de ciencia ficción no conseguía llamar mi atención, principalmente porque para mí es un género que, por regla general, solo me atrae en formato película, que suele contar con un presupuesto superior al de los seriales. Pues bien, a día de hoy, puedo decir que 'The Expanse' está llamada a ser una de las mejores series de este género, una verdadera space-opera con grandes dosis de thriller político, acción y, sobre todo, con un trasfondo con grandes posibilidades de explotación.


Pero... ¿qué tiene de especial esta serie para ganar cada vez más adeptos de forma silenciosa, sin llegar a tener ni el marketing ni el abultado presupuesto de otras series del momento como Juego de Tronos?

La primera razón de peso es que el universo tecnológico que han concebido los autores de esta saga (que como veremos más adelante arrancó como una novela) transmite la sensación de ser mucho más tangible y realista desde la perspectiva de nuestro mundo actual. En otras palabras : olvídate de viajes interestelares a la velocidad de la luz con desfases temporales para volverse loco, agujeros de gusano tremendamente inestables o motores de salto a la hipervelocidad (perdóname, George Lucas).... Aquí la trama se desarrolla en un futuro relativamente cercano, dentro de 200 años, cuando tras colonizar progresivamente la Luna, Marte y los planetas interiores,  el ser humano consigue expandirse por todo el Sistema Solar gracias a la aparición de un revolucionario motor diseñado por el científico Solomon Epstein (nombre cool donde los haya),  que proporciona una aceleración mantenida que permite alcanzar una fracción marginal (palabra clave aquí) de la velocidad de luz, con un consumo de combustible mínimo.

Gracias a esta nueva tecnología, el hombre consigue colonizar el resto de planetas del Sistema Solar y, en especial, el Cinturón de Asteroides, con base principal en el planeta enano Ceres, accediendo así a la enorme cantidad de recursos (agua, minerales, metales) que proporcionan los asteroides que pueblan esa zona.

Y aquí es donde llega la segunda buena razón para ver esta serie : su carácter de thriller político. Debido a esta expansión arriba descrita,  surgen 3 grandes facciones : la Tierra, que se sigue considerando a sí misma como el epicentro de poder y cultura del Sistema Solar, con Naciones Unidas a la cabeza; Marte, una colonia originalmente  compuesta por científicos y que, debido a sus desavenencias con la Tierra, se ve forzada a convertirse en una república fuertemente militarizada; y finalmente el Cinturón, cuyos habitantes se autodenominan belters (cinturianos en la novela, cinturonianos en la serie) y que podrían considerarse el equivalente a la clase obrera y marginal dentro del Sistema Solar : cientos de miles de mineros, pilotos, estibadores de muelles de carga y trabajadores en general que viven en colonias hacinadas, a baja gravedad y en condiciones que podriamos catalogar de tercermundistas. Debido a estas terribles condiciones de vida, aparecen diversas facciones terroristas que exigen la independencia del Cinturón y mejores condiciones de vida de sus habitantes.


lunes, 31 de julio de 2017

A mi hijo, Andrés



Hoy retomo la actividad en mi blog con la mayor de las ilusiones, ya que desde el pasado día 10 de julio tengo el enorme orgullo de ser padre, por primera vez. No puedo evitar sentir la necesidad de decir abiertamente que jamás he experimentado emociones que se asemejen, ni de lejos, a lo que he sentido en estos últimos 21 días.

Me gustaría dedicar esta entrada tan especial a mi mujer, por portarse como una auténtica amazona durante el embarazo y por ser tan valiente y fuerte durante el parto,  y por supuesto a mi hijo, a quien dedicaremos con devoción el resto de nuestras vidas para darle todo el amor y el cariño del mundo y a inculcarle los valores en los que creemos.

Y como si de una cápsula del tiempo se tratase este blog, quiero mandarle este mensaje:

Nunca te rindas, nunca dejes de luchar, Andrés. Sé constante, honesto, muestra siempre respeto por los demás, y exige el mismo respeto para ti. Da siempre lo mejor de ti para alcanzar tus metas, pero también para disfrutar de cada momento de tu vida. Porque, al final, la vida siempre te abre puertas, y hasta la más inesperada de ellas puede llevarte camino a la felicidad... así que nunca dejes de curiosear, hijo mio.




domingo, 21 de mayo de 2017

No, Braveheart no es una película con rigor histórico... ¿y qué?



Basta. Stop. Ya está bien... Estoy harto de leer artículos, entradas de blogs y comentarios en Youtube y hasta de escuchar podcasts en los que los autodenominados como "haters"o los sabiondos de turno,  expertos en Historia Universal, desprecian, ningunean y desaconsejan por completo algunas películas de gran éxito en la taquilla que se desarrollan en la Antigüedad, la Edad Media o cualquier otro periodo porque no cuentan los hechos que acontecieron de manera rigurosa o porque se toman licencias en el desarrollo de la historia. Curiosamente muchos de los que critican esta falta de rigor luego son fans incondicionales de la serie "Juego de Tronos"... que a pesar de ser excelente no está basada precisamente en las Crónicas de San Anselmo, que yo sepa.

Y es que en esta ocasión le ha tocado el turno a una de mis películas favoritas, Braveheart, que está basada o inspirada (palabras clave aquí) en la historia del archiconocido William Wallace (archiconocido precisamente gracias a esa película) y en ese periodo de la historia de Escocia en la que se luchaba contra la dominación inglesa y por su independencia (un tema que además no ha desaparecido del todo hoy en día). 

Pero no me malinterpretéis : me considero un fanático de la Historia y de hecho valoro por encima de todo el que las películas estén bien documentadas y que cuiden al detalle la reproducción histórica en todos sus ámbitos... pero creo que ya es hora de relajarnos un poco cuando criticamos el trabajo general de estas películas y las rebajamos casi a la categoría de simples "cuentos de hadas".

Partamos de una base sencilla : para ver una película con rigor histórico y 100% fiel al hecho en sí, ya tenemos cientos de documentales de canales especializados, que no sólo relatan cómo fue en realidad sino que nos aportan diferentes versiones de lo que ocurrió, porque ya sabemos que la Historia siempre la escriben los vencedores. Una película es, al fin y al cabo, un negocio que busca atraer a la mayor cantidad de público posible, y, nos guste o no, eso exige en ocasiones que haya que modificar el hecho histórico para que atraiga a la audiencia. Y reconozco que hay películas en las que esas licencias son tan "libres" que acaban convirtiéndola en un verdadero bodrio.

sábado, 22 de octubre de 2016

Brothers in Arms, combate táctico en la SGM



Reconozco que siempre he sido un fiel seguidor de la saga de 'Call of Duty', especialmente de las entregas centradas en la SGM. Pero la verdad es que hay un elemento clave que se echa de menos en estos juegos tipo 'Shoot'em Up' (o mata-mata, como los conocemos más por aqui) : les falta estrategia y táctica.

Es muy emocionante ver como 'Call of Duty' o 'Medal of Honor' recrean con todo lujo de detalles las míticas batallas de El Alamein, Stalingrado o Normandia y consiguen meterte de lleno en la acción a nivel de soldado raso, rodeado de decenas de compañeros y enemigos en asaltos épicos ... pero cualquiera que conozca mínimamente el mundillo bélico sabe que, en la guerra "real", la probabilidad de salir vivo del asalto a un nido de ametralladora y, de paso, llevarse por delante a más de una docena de enemigos era, cuando menos, casi nula y digna de condecoración.

En la inmensa mayoría de los casos, cada escaramuza entre pelotones de infantería solía llevar una mínima evaluación táctica por parte del líder de pelotón o de escuadra : análisis y reconocimiento del terreno, conteo de unidades enemigas,  búsqueda de posibles rutas para flanquear posiciones, fuego de cobertura, asaltos, etc...

Si lo que buscas es un juego que simule cómo eran de verdad los combates entre pelotones y escuadras de pequeño tamaño en la Segunda Guerra Mundial, 'Brothers in Arms' y sus diferentes secuelas son lo que estabas buscando.


El realismo es lo que prima


La intención de los desarrolladores de Gearbox Software no fue la de crear otro juego de disparos en primera persona más, sino de conseguir que experimentes (al menos en parte) las mismas sensaciones y decisiones que tuvieron que tomar los soldados en el teatro de operaciones de Europa, durante la SGM.

De entrada, partimos de la base de que los escenarios en los que se desarrolla la acción del juego están tomados de localizaciones reales de Normandía y Francia , para lo cual el equipo de desarrollo se desplazó directamente a dicha zona con el objetivo de tomar gran cantidad de material fotográfico y de vídeo, lo que ya de por sí supone un punto importante a tener en cuenta en terminos de realismo.

En segundo lugar, el hilo argumental se centra en la historia del sargento Matt Baker, durante los 8 primeros días de la Batalla de Normandía, comenzando desde el mismísimo Día-D. La historia, relatada a través de varias escenas cinemáticas a modo de diario, le da una componente novelesca al guión que también resulta muy atractiva.



Pero vayamos a lo que más nos interesa : la parte relativa a la simulación de combate, de la que hablábamos al principio de la entrada. En BiA sólo podemos controlar al protagonista (sargento Baker) en modo de "primera persona", y en este sentido lo que podemos hacer es muy similar a lo que ya hemos visto en otros juegos : desplazarnos, ponernos en cuclillas o de pie, coger diferentes armas, recargar... pero eso sí : ¡olvídate de disparar a más de 15 metros de un soldado alemán y acertarle en plena cabeza! Los programadores de Gearbox se han asegurado que el manejo de las armas en el juego reflejen "de verdad" lo difícil que era acertar al blanco cuando éste se encontraba en cobertura o cuerpo a tierra. Así que tendremos que "pensar" un poco más si queremos eliminar a esos granaderos que nos están fulminando desde lo alto de la carretera con su MG-42 y bien parapetados... y aquí es donde viene lo bueno.

jueves, 13 de octubre de 2016

Stalingrado 2013 : Espectáculo visual y poco más



Volvemos a la carga en el blog ,en esta ocasión con la versión más reciente de ‘Stalingrado’, la de 2013, de la que os puedo adelantar sin ningún tipo de reparo que no hace la más mínima sombra a la versión homónima alemana de 1993, de la que también hablaremos más adelante y cuyo único nexo de conexión con esta cinta rusa es que en ambas participa el convincente Thomas Kretchmann. Pero vayamos por partes, porque no todo es malo en esta película.

Si hay alguna razón que me invite vagamente a recomendar esta versión es su estética, y no me refiero únicamente a los efectos visuales, bastante logrados bajo mi punto de vista, sino por la estupenda fotografía y el ambiente casi de cómic que ha conseguido imprimirle el director, que contó con un presupuesto de más de 4 millones de dólares y un equipo de 400 personas para recrear las calles de la emblemática ciudad de Stalingrado durante su hora más oscura, la ocupación por parte del ejército alemán en 1942.

El argumento en si no guarda ninguna trama compleja:cuenta la historia de un grupo de soldados soviéticos que trata de defender la ciudad nombrada a propósito del mismísimo Stalin , aquella en la que usó por primera vez su horrible directiva “Ni un paso atrás“, por la cual se prohibía a los soldados abandonar las ciudades ocupadas por los alemanes, incluyendo también a los civiles atrapados, buscando así obligar a los soldados soviéticos a luchar con toda su determinación, ya que no sólo defendían su ciudad sino también a sus propias familias. Tras ocupar uno de los edificios frente a la famosa fuente de los niños (que hemos podido ver en otras películas similares como ‘Enemigo a las puertas’), el variopinto grupo de soldados compuesto por exploradores, artilleros e incluso marineros de la Flota Roja descubre a una muchacha que, tras pasar tremendas penurias, se resiste a abandonar su ya casi destruida casa, convencida que no le queda a donde ir.



Con el trasfondo de la batalla más sangrienta de la Historia, el guionista no se molesta en contarnos nada más, simplemente la supervivencia de estos soldados y su determinación para salvar a la chica. No hay tramas adicionales, ni tampoco flashbacks de los protagonistas hablando de su vida… Y la verdad es que lo he llegado a agradecer porque, en algún momento puntual de la película, una simple frase del tipo ‘me llamo Grigori y nací en una cabaña de los Urales’ me hubiera valido como pretexto suficiente para apagar la tele…

Como ya adelantaba, la parte técnica y visual son las que merecen la pena en la película. Y es que al margen de un par de secuencias al más puro estilo ‘Matrix’ y que bajo mi punto de vista están exageradas y sobran del todo, el resto de escenas de acción están muy logradas. Mención especial a las escenas de los rusos siendo atacados por los Stukas en el Volga, algunas escaramuzas en el edificio ocupado y la carga de los Panzers (que en realidad son T-34’s rusos magistralmente tuneados por los especialistas, ciertamente no se aprecian las diferencias a simple vista). Se abusa bastante de la cámara lenta en ocasiones, confiriéndole esa dinámica de vídeoclip a la película que ya se presagia cuando ves el tráiler, pero hasta cierto punto he llegado a tener la sensación que el director ha querido imitar deliberadamente el ritmo y la estética de ‘300’, solo que cambiando la batalla de las Termópilas por la de Stalingrado. Juzgad vosotros mismos viendo ambas en un corto espacio de tiempo.

martes, 27 de septiembre de 2016

Bernard Montgomery : El Mariscal del Desierto (I)

La figura histórica del General Montgomery quedará siempre ligada a la guerra en el desierto, al férreo carácter británico. a la disciplina, la doctrina y al arte de la guerra en su máxima expresión. Pero también quedará íntimamente unida a su eterno rival y némesis : Erwin Rommel, el único capaz de hacerle frente y que se convirtió en su máxima obsesión.




Fue el gran héroe de Inglaterra durante la SGM para muchos,mientras que para unos pocos fue sólo un oportunista que supo aprovechar las ocasiones para ganar fama y popularidad.. pero hay algo que no puede ponerse en tela de juicio : su figura dejó huella en todos aquellos que pasaron por su vida.

Una estirpe militar que comenzó 9 siglos antes, en Normandía


Bernard Law Montgomery nació en la metropolitana Londres, el 18 de noviembre de 1887. Su padre, Henry Montgomery, eligió la vida religiosa como profesión y se ordenó sacerdote anglicano. Su madre, Maud, mucho más joven que su padre y de carácter mucho más frío y estoico, tuvo una fuerte influencia sobre él.

Casi como de una profecía se tratara, resulta muy anecdótico saber que Bernard es descendiente directo de Roger de Montgomerie, segundo al mando de Guillermo I el Conquistador, quien partió precisamente desde Normandía en el año 1067 para invadir Inglaterra. La historia se repetiría a la inversa en 1944, cuando el general Montgomery lideró junto a otros comandantes la invasión Aliada de Normadía para abrir un segundo frente contra los nazis.

Bernard fue el cuarto hijo de la familia Montgomery, por aquel entonces afincada en Londres. A los dos años de su nacimiento su padre (cuya popularidad iba en aumento) fue nombrado obispo de la Tierra de Van Diemen, o Tasmania, en el otro extremo del mundo. En este exótico país es donde “Monty” pasó su niñez con todos sus hermanos, bajo la educación de una madre exageradamente estricta y religiosa.

Un rebelde sin causa


Esta férrea educación no consiguió el efecto deseado, y el joven Bernard se convirtió en un muchacho desobediente y no demasiado disciplinado, que incumplía una y otra vez los mandatos de sus padres.

En 1901 el obispo fue destinado de nuevo a Inglaterra, lo que obligó a desplazarse de nuevo a toda la familia. Asi pues, Monty volvió con 14 años a la capital del Imperio Británico, donde continuó sus estudios en prestigiosos colegios de la zona. Sus compañeros de clase le describirían, años después,  como un muchacho introvertido y sin demasiado apego por el contacto social, pero con una determinación y entrega absoluta por todo lo que hacía, y muy seguro de sí mismo. Sentía una verdadera pasión por los deportes, un terreno en el que era extraordinariamente competitivo : no pedía cuartel, ni se lo concedía a nadie.

Fue entonces cuando decidió decantarse por la vida militar, y entró en la prestigiosa Academia Militar de Sandhurst, en la que también se formaron otros líderes como Winston Churchill.


La prestigiosa academia militar de Sanhurst

Pese a su gran aptitud y desempeño (fue nombrado cabo en poco tiempo y destacó como lider en todos los deportes que se practicaban allí) el comportamiento de Bernard era desaprobado por los mandos de la academia. Sencillamente, chocaba de lleno con los instructores. Se volvió impopular por su arrogancia y su fuerte temperamento. Para colmo, se integró en un grupo de cadetes que solía gastar bromas y novatadas realmente crueles a los nuevos reclutas… en una ocasión, la novatada salió mal y el cadete en cuestión acabó en el hospital con quemaduras graves en el cuerpo..  lo cual provocó que estuviera a punto de ser expulsado de la academia.

Quizá el detonante que le hizo sentar la cabeza fue su exclusión para el nombramiento de sargentos : cuando se enteró de que no había sido incluido en el grupo de promocionados, arrancó sus galones de cabo y los arrojó al fuego, quedando degradado a simple cadete…

viernes, 23 de septiembre de 2016

La Delgada Linea Roja



Recientemente he tenido la oportunidad de volver a ver este clásico del cine bélico, del que mucho se ha escrito ya en los 17 años que han transcurrido desde su estreno; no podía faltar su correspondiente entrada en este blog de la SGM.

La Delgada Linea Roja, de Terrence Malick (1998) es una película que no te dejará indiferente, incluso si no eres seguidor habitual de este tipo de cine; principalmente porque cuenta con un reparto excepcional, plagado de buenos actores que podriamos decir que “orbitan” alrededor de tres actores centrales : Nick Nolte, Jim Caviezel y Sean Penn. Se ha llegado a decir que Sean Penn afirmó tener tanto interés en trabajar en una película de Malick que estaba dispuesto a no cobrar ni un céntimo por ello.

La trama se basa en la histórica Batalla de Guadalcanal, la cual fue trascendental en el teatro de operaciones del Pacífico, ya que fue en la isla del mismo nombre donde los americanos consiguieron frenar el avance japonés y tomar la iniciativa en esta zona, tras la batalla de Midway. Esta vuelta de tuerca no fue sencilla en absoluto, ya que los americanos tuvieron que sudar sangre para tomar la isla, en la que los japoneses ya habían iniciado la construcción de un aeródromo desde el que pudieran amenazar las rutas de suministro entre Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos.

A nivel histórico, poco más nos aporta la película, ya que la idea del director era centrarse precisamente en la violencia y las situaciones extremas a las que se enfrentan los soldados. Una de las grandes bazas con las que cuenta la cinta es la extraordinaria fotografía: la trama se desarrolla en una isla realmente idílica, de paisajes impresionantes, que contrastan de forma radical con la brutalidad y crueldad de las secuencias de acción. .. algo que el director (del que he de reconocer que no tengo el gusto de haber visto ninguna otra de sus peliculas) buscaba de forma intencionada para reforzar el mensaje de la deshumanizada y absurda que es la guerra.



‘La Delgada Linea Roja’ no es, de ninguna de las maneras, un ‘Salvar al Soldado Ryan’ en el Pacífico : al contrario que ésta, su mensaje de fondo es puramente antibelicista y exento de patriotismo (por mucho que me guste la película de Spielberg, he de reconocer que adolece del “exceso de banderas”). En este filme, Malick consigue que experimentes la ansiedad, el miedo, el nerviosismo de los soldados antes de lanzarse al asalto de una colina… gracias sobre todo al reparto de lujo con el que cuenta. Magistrales las interpretaciones de Nick Nolte (un general que ve la isla como la gran oportunidad de su vida para conseguir el ascenso que lleva años buscando y que considera las muertes de los soldados como pérdidas necesarias), Sean Penn ( un sargento de pelotón asqueado de la guerra) del sobervio Jim Caviezel (una suerte de desertor obligado a volver a su unidad y podría decirse que es el personaje central) y de Elías Koteas (en el memorable papel del capitán Staros plantándole cara a Nick Nolte para no sacrificar a los soldados de su pelotón).

Acompañando a estos 4 magníficos, destacan también Woody Harrelson, John Cusack, Adrien Brody (muy escueto en esta película), Jared Leto (que empezó a hacer sus pinitos en el cine por aquel entonces), John Travolta y George Clooney ( que estuvo a punto de pedir que lo excluyeran oficialmente de la película porque el director eliminó casi todas sus escenas en el montaje final).

Scythe y el universo de 1920+

  Bienvenidos a Europa del Este en unos años veinte muy distintos de aquellos felices y prósperos que nos describen los libros de historia....